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jueves, 19 de septiembre de 2013

Relatos de Ciencia Ficción. AUTORES. ☻

                                                                     Isaac Asimov


                                                                   Ray Bradbury


                                                       Héctor G. Oesterheld

Un extraño planeta… planeta… planeta… (Relato de ciencia ficción)


Un extraño planeta… planeta… planeta…
(Adaptación)
Héctor G. Oesterheld


Abril 15, 2032.

Hoy terminamos de instalar la base.
Godoy y su gente partieron en la cosmonave. Por fin me quedé solo.
Fue un alivio verlos partir, ya Godoy me tenía cansado, siempre sintiéndose el jefe, imponiendo siempre su voluntad. Al fin de cuentas, quien se quedará en la base durante un mes soy yo y no él; soy yo quien debe vivir y trabajar aquí.
La base ha quedado a medio arreglar, tengo muchísimo que hacer todavía. Y tengo que aprenderme la rutina diaria de memoria, si me llego a equivocar una sola vez, moriré en el acto. La atmósfera exterior tiene demasiado contenido de gases tóxicos.
Seguiré mañana anotando mis impresiones, ahora estoy demasiado cansado.


Abril 16

Lo que se llama un día inolvidable.
Salí bien de mañana; Me adapté en seguida al traje espacial, no experimenté incomodidad ninguna, me muevo y respiro con toda libertad.
 La luz azulada del sol doble bañaba el valle donde está la base. La Roca Alta, que está detrás, aparecía como brillante en medio de tanta luz.
Sí, Sigma 9 es un planeta maravilloso.
Me alejé bastante de la base, en dirección al "bosque" que señaló el investigador Martínez.
Atravesé una especie de prado, cubierto por una vegetación extraña, un verdadero colchón de tallos retorcidos, parecen lianas que crecieran horizontalmente. Pasé junto a un arroyo, el agua humeaba; le medí casi 34 grados. Había plantas de hojas anchas en las márgenes, otras que parecían hongos, muy blancas. Más allá del arroyo pasé por la espesura de arbustos "musicales" que encontró Martínez: es una planta de color rojizo, con hojas muy pequeñas. Apenas uno las toca, emiten una serie de sonidos extraños, en curiosa armonía. Ya cerca del "bosque" vi pasar un verdadero enjambre de seres, no más grandes que avispas. En el borde del "bosque" vi las plantas azules que también alcanzó a describir Martínez en su informe: vi las "flores", son inmensas, impresiona verles los pétalos ondulando constantemente. Confirmo la observación de Martínez: no había viento alguno, pero los pétalos se movían sin cesar.
No penetré en el "bosque", la tentación era grande, pero debo proceder con cuidado. Investigaré el prado y, recién después, penetraré entre las "flores ondulantes".
Vi volar los "polípteros" que tanto impresionaron a Martínez: no son más grandes que mariposas comunes y tienen varias de alas. Encuentro correcto el nombre que les puso Martínez, "polípteros", o sea "muchas alas".
Regresé a la base, tranquilamente. Una experiencia inolvidable: ver el sol doble bastante alto en el horizonte, ver la hondonada envuelta en la bruma azulada, con la Roca Alta cada vez más brillante. Es un paisaje maravilloso.
Me felicito por haber venido.
Todos trataron de disuadirme, me pusieron por delante, hasta el cansancio, el ejemplo de lo ocurrido a Martínez, el observador anterior.
Ahora me alegra el no haberles hecho caso.
En Sigma 9 no hay nada peligroso, no hay ningún animal más grande que un gato, no hay ninguna forma de vida inteligente. Godoy y su gente, en todos los días que estuvieron aquí, exploraron una superficie enorme, sin encontrar nada que pueda representar algún peligro.
El caso de Martínez fue muy extraño,  porque era un científico con una gran  personalidad. Pero vaya uno a saber qué conflictos rugían en su mente cuando decidió venir a Sigma 9; si terminó volviéndose loco habrá sido por algún problema anterior, no porque la vida en Sigma 9 se le hiciera insoportable, o porque algo lo aterrorizara hasta privarlo de sus facultades mentales. La misma forma de locura prueba que Sigma 9 no tuvo mucho que ver: parece que Martínez cuando fue encontrado por la Expedición de Relevo no hacía más que repetir la misma frase: "Desde la cima de la Roca Alta, la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...". La repetía sin cesar, "Desde la cima de la Roca Alta, la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...". Y no hubo forma de hacerlo callar, ni de hacerle decir otra cosa...
Peor para Martínez si no pudo adaptarse: Sigma 9 es un planeta ideal para un naturalista. Hay tantas nuevas formas de vida aquí que uno no sabe por dónde empezar, es un verdadero paraíso.



Abril 17

Un día agotador.
Desde temprano no hago más que cazar pequeños animales, no más grandes que insectos; los cazo y los pongo en el frasco con alcohol.
Prácticamente sin alejarme de la base, he llenado más de diez frascos, todos con formas de vida diferentes. Cacé también un políptero, uno de esos animales parecidos a mariposas, mejor dicho, se cazó solo: prácticamente se metió por sí mismo en el frasco con alcohol.
Ha sido un día extenuante, es tal la variedad de seres, tan extraño aparece todo, que estoy como deslumbrado.
¿Estaré en el umbral de algún gran descubrimiento científico? ¿Aquí, en Sigma 9, no terminaré por encontrar la clave al secreto de la evolución de la vida en el universo?
Darwin hizo un largo viaje por medio mundo y de sus observaciones extrajo las bases para su célebre teoría de la evolución. ¿Llegaré yo a algo parecido?
No, no soy quién para aspirar a tanto. Quizá Martínez pudo hacerlo, él era un hombre brillante. A propósito, ¿qué le habrá ocurrido a Martínez? ¿Cuál será el motivo de su locura?
Me cuesta creer que la soledad lo derrotara, Martínez era un verdadero naturalista, y en un lugar como éste, un hombre de ciencia no puede sentirse solo nunca. Es tanto lo que hay que hacer aquí, es tanto lo que hay que observar.
Para un hombre cualquiera, todo esto sería muy extraño, lo admito. El día con el sol doble, las noches con esas tres lunas que producen sombras tan cambiantes, las plantas, los animales tan distintos a todo lo que uno ha conocido. Sí, para un hombre cualquiera este planeta sería algo insoportable. Pero no para un hombre como Martínez.
Pero me sigo preguntando ¿por qué habrá terminado así?
Francamente, no lo entiendo...


Abril 18

Hoy no salí de la base: me he quedado ordenando todo el material que recolecté ayer.
El día se me ha pasado volando por  Culpa del políptero.
Creí que el alcohol del frasco lo mataría, igual que a todos los otros animales que recolecté.
Pero no, el políptero quedó bien vivo, tanto que, durante la noche, se comió a todos los otros animales que compartían con él el frasco.
No he visto nunca un animal semejante, la suerte me ha puesto delante de un ser verdaderamente único: no creo que haya otro animal como él. Su tamaño crece de un minuto a otro.
Pero mejor me desentiendo un poco del políptero; tengo otras muchas cosas que hacer. Debo controlar los aparatos y  preparar la rutina para mañana.


Abril 19

Otra vez el políptero. Ya dije ayer que estaba delante de un animal increíble. De hecho pienso que es el animal más sensacional que he visto en mi vida.
Dormía todavía cuando me despertó un zumbido. Era el políptero que había roto el frasco. Y estaba volando cerca de mi cama.
Había crecido tanto durante la noche, que terminó por romper el vidrio.
Resolví dejar de lado totalmente el programa de trabajos, para dedicarme de lleno al estudio del políptero.
Me fue fácil atraparlo y ponerlo bajo el microscopio.
No se parecía a ningún insecto de los que existen en la Tierra. El cuerpo de los polípteros está recubierto por una especie de piel.
Empecé a examinarle la boca, es pequeña, sin aguijón, con mandíbulas como pinzas.
Traté de hacerle abrir la boca para observarla mejor, le introduje con cuidado un palillo, Y entonces ocurrió algo inesperado.
Cerró las pinzas atrapando el palillo y, con un movimiento de la cabeza, me lo quitó de la mano. Sí, me lo quitó de la mano. Aquella boca tenía una fuerza increíble.
Traté de sujetarlo, pero fue imposible, terminó por soltarse.
Me quedó en los dedos un polvillo parecido al que deja una mariposa terrestre. Sólo que era un polvillo color plomo.
Esto sí que es extraordinario. Dije que el políptero era sensacional, pero me quedé corto.
A los pocos minutos otro ruido me llamó la atención. Era el políptero. O mejor dicho, los polípteros. Porque ahora había por lo menos ocho o diez polípteros, todos iguales, revoloteándome alrededor...
Por increíble que parezca, el políptero se había reproducido en un breve lapso.
Por suerte no es peligroso, no tiene órgano alguno con que atacar. La boca, aunque tan poderosa, es pequeña y no podría lastimar aunque se lo propusiera.
La mancha color plomo que me dejaron en los dedos las alas del políptero se ha extendido hasta toda la mano, llega ya a la muñeca.
Es algo curioso, no lo entiendo, pero... ¿qué importa? Los polípteros son inofensivos, yo lo he comprobado...
Pero si cada uno de los ocho polípteros que ahora revolotean se multiplica por otros ocho..., tendré pronto sesenta y cuatro polípteros... y para mañana tendré una multitud.
Demasiados polípteros... Me consumirán el aire. Debería matarlos, debería fumigarlos.
Pero no, sería demasiado trabajo...
Lo haré mañana, estoy muy pero muy cansado. Mañana mataré a los polípteros...


Abril 20

Suerte que no maté a los polípteros. Durante la noche, por suerte, no se han multiplicado.
Esta mañana salí de la base y todos los polípteros salieron conmigo, y se dispersaron.
Otro día cazaré algún otro políptero y me pondré a estudiarlo.
Curioso, hoy no he tenido ganas de trabajar. No sé qué me pasa, pero veo lo que me rodea, toda esta maravilla y no siento ningún deseo de estudiarla... Sólo pienso en quedarme quieto, mirando el paisaje.
Subí a la Roca Alta, la roca que está detrás de la base, la roca que brilla con la luz azulada del sol doble de Sigma 9...
Toda la hondonada se extendía allá abajo; desde la cima de la Roca Alta, la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...
¿Dónde he oído esa frase?
Ya me acuerdo: era la frase que Martínez, mi antecesor en el puesto, repetía y repetía cuando lo encontraron.
Desde la cima de la Roca Alta, la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...
¿Me estará por pasar a mí algo semejante? Vamos, Carlos, me dije, no vale la pena pensar... ¿Para qué pensar?
La mancha plomiza, que ocupaba mi mano, se ha extendido por todo el brazo, me llega casi hasta el hombro.
Pero... ¿Qué importa? ¡Es tan hermoso lo que se ve desde aquí, desde la Roca Alta!
Desde la cima de la Roca Alta la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...
Qué bello es todo!
Desde la cima de la Roca Alta la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...



Mayo 28, 2032

Hasta aquí llega el diario de Carlos López.
Nuestra expedición de relevo llegó de acuerdo con el programa establecido. Descendimos junto a la base, pero López no vino a recibirnos.
Entramos a la base y  encontramos un gran desorden: restos de comida, todos los aparatos encendidos, frascos rotos, papeles desparramados. Y, por todas partes, cubriéndolo todo había una especie de polvo muy fino, color plomo.
Buscamos a Carlos López y lo encontramos en la cima de la Roca Alta.
Nos saludó, muy contento, vino a nuestro encuentro. Murmurando algo, como si rezara:
—Desde la cima de la Roca Alta la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...
Repetía una y otra vez esa frase.
Recordé lo ocurrido a Martínez. Sin duda López está afectado por la misma forma de locura.
Por ello podemos confirmar  que Sigma 9 no es apto para la colonización humana: debe haber aquí alguna forma de radiación, que afecta de manera muy profunda la capacidad mental de los seres humanos.
Deberíamos emprender el regreso ahora mismo, pero la cosmonave tiene algunas averías y nos tendremos que quedar varias horas para repararla. Además, bien nos merecemos un descanso luego de tantos días de viajar por el espacio...
Mañana regresaremos...


Mayo 29

Escribo desde la cima de la Roca Alta. Subí hasta aquí para convencer a López de que se venga con nosotros.
Tengo las manos cubiertas de ese polvo color plomo; a mis compañeros les pasa lo mismo. Y a López el polvo ya le cubre los dos brazos.
Subí apurado, porque debemos irnos urgentemente, pero ya se me fue el apuro. Ahora miro el paisaje.
¡Es tan hermoso lo que se ve desde aquí arriba...!
Desde la cima de la Roca Alta, la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...
Desde la cima de la Roca Alta, la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...
Desde la cima de la Roca Alta, la hondonada parece un mar de brumas, un mar de sombras multicolores, transparentes...


sábado, 14 de septiembre de 2013

La última noche del mundo. Ray Bradbury. Relato de Ciencia Ficción.

La última noche del mundo


Ray Bradbury
¿Qué harías si supieras que esta es la última noche del mundo?

-¿Qué haría? ¿Lo dices en serio?

-Sí, en serio.

-No sé. No lo he pensado.

El hombre se sirvió un poco más de café. En el fondo del vestíbulo las niñas jugaban sobre la alfombra con unos cubos de madera, bajo la luz de las lámparas verdes. En el aire de la tarde había un suave y limpio olor a café tostado.

-Bueno, será mejor que empieces a pensarlo.

-¡No lo dirás en serio!

El hombre asintió.

-¿Una guerra?

El hombre sacudió la cabeza.

-¿No la bomba atómica, o la bomba de hidrógeno?

-No.

-¿Una guerra bacteriológica?

-Nada de eso -dijo el hombre, revolviendo suavemente el café-. Solo, digamos, un libro que se cierra.

-Me parece que no entiendo.

-No. Y yo tampoco, realmente. Solo es un presentimiento. A veces me asusta. A veces no siento ningún miedo, y solo una cierta paz -miró a las niñas y los cabellos amarillos que brillaban a la luz de la lámpara-. No te lo he dicho. Ocurrió por vez primera hace cuatro noches.

-¿Qué?

-Un sueño. Soñé que todo iba a terminar. Me lo decía una voz. Una voz irreconocible, pero una voz de todos modos. Y me decía que todo iba a detenerse en la Tierra. No pensé mucho en ese sueño al día siguiente, pero fui a la oficina y a media tarde sorprendí a Stan Willis mirando por la ventana, y le pregunté: “¿Qué piensas, Stan?”, y él me dijo: “Tuve un sueño anoche”. Antes de que me lo contara yo ya sabía qué sueño era ese. Podía habérselo dicho. Pero dejé que me lo contara.

-¿Era el mismo sueño?

-Idéntico. Le dije a Stan que yo había soñado lo mismo. No pareció sorprenderse. Al contrario, se tranquilizó. Luego nos pusimos a pasear por la oficina, sin darnos cuenta. No concertamos nada. Nos pusimos a caminar, simplemente cada uno por su lado, y en todas partes vimos gentes con los ojos clavados en los escritorios o que se observaban las manos o que miraban la calle. Hablé con algunos. Stan hizo lo mismo.

-¿Y todos habían soñado?

-Todos. El mismo sueño, exactamente.

-¿Crees que será cierto?

-Sí, nunca estuve más seguro.

-¿Y para cuándo terminará? El mundo, quiero decir.

-Para nosotros, en cierto momento de la noche. Y a medida que la noche vaya moviéndose alrededor del mundo, llegará el fin. Tardará veinticuatro horas.

Durante unos instantes no tocaron el café. Luego levantaron lentamente las tazas y bebieron mirándose a los ojos.

-¿Merecemos esto? -preguntó la mujer.

-No se trata de merecerlo o no. Es así, simplemente. Tú misma no has tratado de negarlo. ¿Por qué?

-Creo tener una razón.

-¿La que tenían todos en la oficina?

La mujer asintió.

-No quise decirte nada. Fue anoche. Y hoy las vecinas hablaban de eso entre ellas. Todas soñaron lo mismo. Pensé que era solo una coincidencia -la mujer levantó de la mesa el diario de la tarde-. Los periódicos no dicen nada.

-Todo el mundo lo sabe. No es necesario -el hombre se reclinó en su silla mirándola-. ¿Tienes miedo?

-No. Siempre pensé que tendría mucho miedo, pero no.

-¿Dónde está ese instinto de autoconservación del que tanto se habla?

-No lo sé. Nadie se excita demasiado cuando todo es lógico. Y esto es lógico. De acuerdo con nuestras vidas, no podía pasar otra cosa.

-No hemos sido tan malos, ¿no es cierto?

-No, pero tampoco demasiado buenos. Me parece que es eso. No hemos sido casi nada, excepto nosotros mismos, mientras que casi todos los demás han sido muchas cosas, muchas cosas abominables.

En el vestíbulo las niñas se reían.

-Siempre pensé que cuando esto ocurriera la gente se pondría a gritar en las calles.

-Pues no. La gente no grita ante la realidad de las cosas.

-¿Sabes?, te perderé a ti y a las chicas. Nunca me gustó la ciudad ni mi trabajo ni nada, excepto ustedes tres. No me faltará nada más. Salvo, quizás, los cambios de tiempo, y un vaso de agua helada cuando hace calor, y el sueño. ¿Cómo podemos estar aquí, sentados, hablando de este modo?

-No se puede hacer otra cosa.

-Claro, eso es; pues si no estaríamos haciéndolo. Me imagino que hoy, por primera vez en la historia del mundo, todos saben qué van a hacer de noche.

-Me pregunto, sin embargo, qué harán los otros, esta tarde, y durante las próximas horas.

-Ir al teatro, escuchar la radio, mirar la televisión, jugar a las cartas, acostar a los niños, acostarse. Como siempre.

-En cierto modo, podemos estar orgullosos de eso... como siempre.

El hombre permaneció inmóvil durante un rato y al fin se sirvió otro café.

-¿Por qué crees que será esta noche?

-Porque sí.

-¿Por qué no alguna otra noche del siglo pasado, o de hace cinco siglos o diez?

-Quizá porque nunca fue 19 de octubre de 2069, y ahora sí. Quizá porque esa fecha significa más que ninguna otra. Quizá porque este año las cosas son como son, en todo el mundo, y por eso es el fin.

-Hay bombarderos que esta noche estarán cumpliendo su vuelo de ida y vuelta a través del océano y que nunca llegarán a tierra.

-Eso también lo explica, en parte.

-Bueno -dijo el hombre incorporándose-, ¿qué hacemos ahora? ¿Lavamos los platos?

Lavaron los platos, y los apilaron con un cuidado especial. A las ocho y media acostaron a las niñas y les dieron el beso de buenas noches y apagaron las luces del cuarto y entornaron la puerta.

-No sé... -dijo el marido al salir del dormitorio, mirando hacia atrás, con la pipa entre los labios.

-¿Qué?

-¿Cerraremos la puerta del todo, o la dejaremos así, entornada, para que entre un poco de luz?

-¿Lo sabrán también las chicas?

-No, naturalmente que no.

El hombre y la mujer se sentaron y leyeron los periódicos y hablaron y escucharon un poco de música, y luego observaron, juntos, las brasas de la chimenea mientras el reloj daba las diez y media y las once y las once y media. Pensaron en las otras gentes del mundo, que también habían pasado la velada cada uno a su modo.

-Bueno -dijo el hombre al fin.

Besó a su mujer durante un rato.

-Nos hemos llevado bien, después de todo -dijo la mujer.

-¿Tienes ganas de llorar? -le preguntó el hombre.

-Creo que no.

Recorrieron la casa y apagaron las luces y entraron en el dormitorio. Se desvistieron en la fresca oscuridad de la noche y retiraron las colchas.

-Las sábanas son tan limpias y frescas…

-Estoy cansada.

-Todos estamos cansados.

Se metieron en la cama.

-Un momento -dijo la mujer.

El hombre oyó que su mujer se levantaba y entraba en la cocina. Un momento después estaba de vuelta.

-Me había olvidado de cerrar los grifos.

Había ahí algo tan cómico que el hombre tuvo que reírse.

La mujer también se rió. Sí, lo que había hecho era cómico de veras. Al fin dejaron de reírse, y se tendieron inmóviles en el fresco lecho nocturno, tomados de la mano y con las cabezas muy juntas.

-Buenas noches -dijo el hombre después de un rato.

-Buenas noches -dijo la mujer.


Sinopsis pelis ciencia ficción.




Matrix
La película plantea que en el futuro, casi todos los seres humanos han sido esclavizados, tras una dura guerra, por las máquinas y las inteligencias artificiales creadas. Estas los tienen en suspensión, y con sus mentes conectadas a una simulación social que representa el final del siglo XX, Matrix. Los seres humanos son usados por las máquinas para obtener energía, y los pocos humanos descendientes de los que no cayeron en las redes de los robots o que han sido liberados de Matrix, viven en la ciudad Zion. Desde allí, una pequeña flota de naves se mueve por el subsuelo, entrando de forma clandestina a Matrix y tratando de liberar cada vez a más personas conectadas, buscando a aquellos que intuyen que algo no es correcto en el ilusorio mundo en que viven. Algunos de los capitanes de estas naves, como Morfeo (Laurence Fishburne), creen que hay alguien en Matrix que es El Elegido, la persona que acabaría con la guerra, con las máquinas, según una antigua profecía. Morfeo se fija en Neo (Keanu Reeves), un pirata informático que vive atrapado en Matrix sin saberlo, creyendo que él puede ser el elegido.
Neo es liberado gracias a la acción de Trinity (Carrie-Anne Moss), miembro de la tripulación de Morfeo, pero a la vez es perseguido por unos programas de Matrix, los agentes, liderados por Smith (Hugo Weaving), que pretenden acceder a los ordenadores de Zion gracias a la traición de otro subordinado de Morfeo, Cypher. Los agentes consiguen capturar a Morfeo, y Neo es forzado a rescatarle arriesgando su vida. Al final de la primera película Neo se revela como El Elegido y acaba con Smith.
En las siguientes entregas, la acción se divide entre la realidad, donde las máquinas deciden atacar directamente Zion, y el mundo virtual, donde Smith está infectando Matrix como un virus.


Terminator 3 La rebelión de las máquinas
Ha pasado una década desde que John Connor (Nick Stahl) ayudase a evitar el Día del Juicio Final - El día en que las máquinas de alta tecnología de Skynet comenzaron a ser independientes y a destruir la raza humana. Pero llegó el 29 de agosto de 1997 y no pasó nada a pesar de las dos ocasiones en que Skynet trató de asesinar a Connor y declarar la guerra a la humanidad.

Ahora, con 22 años, Connor vive "fuera de circulación"... sin casa, sin tarjetas de crédito, sin teléfono y sin trabajo. No hay rastro de su existencia. No hay forma en que Skynet pueda rastrearlo. Hasta que...

... fuera de las sombras del futuro se encuentra T-X (Kristanna Loken), la máquina de matar ciborg más sofisticada de Skynet. Esta máquina es tan brutal por dentro como bella por fuera, y ha sido enviada de vuelta al pasado para completar el trabajo que dejó sin terminar su predecesor, el T- 1000. Y ella es infinitamente más poderosa, peligrosa y destructiva que ningún Terminator anterior.
Pero esta vez, Connor no es el único objetivo en la lista de Skynet; la inocente veterinaria Kate Brewster (Claire Danes) verá como su distante pasado y su prometedor presente se transforman en un futuro inimaginable... pero sólo si puede evitar al indestructible T-X.
Cuando Connor y Kate descubren que el Día del Juicio Final avanza a gran velocidad; con sólo tres horas entre ellos y el fin del mundo, su única esperanza de sobrevivir es una réplica del ciborg Terminator (Arnold Schwarzenegger), el misterioso y ahora obsoleto, ex asesino de Connor. Juntos, deberán superar la tecnología superior del T-X y evitar la inminente amenaza del Juicio Final... o enfrentarse al final de la civilización tal y como la conocemos.


La guerra de los mundos
Tom Cruise es Ray Ferrier, un descargador de muelle, divorciado y padre nada modélico. Poco después de que su ex mujer (Miranda Otto) y su nuevo marido se vayan después de dejar a Robbie, su hijo adolescente (Justin Chatwin), y a su pequeña hija Rachel (Dakota Fanning) para una de sus contadas visitas, estalla una tremenda e inesperada tormenta eléctrica.

Unos momentos después, en un cruce cerca de la casa, Ray es testigo de un acontecimiento que cambiará su vida y la de los suyos para siempre. Una enorme máquina de tres patas emerge del suelo y antes de que alguien pueda hacer algo, arrasa todo lo que está a su alcance. Un día como otro cualquiera acaba de convertirse en la fecha más extraordinaria de su vida: el primer ataque alienígena contra la Tierra.

Ray corre a por sus hijos para alejarlos del enemigo y se lanza a un viaje que les llevará por un país devastado, atrapados entre la marea humana de refugiados huyendo de un ejército extraterrestre de Trípodes.
Pero por mucho que corran, no hay ningún sitio donde refugiarse, tan sólo la voluntad indomable de Ray para proteger a sus seres amados.



El increíble Hulk

Encontramos al científico Bruce Banner viviendo entre las sombras, recorriendo el planeta para encontrar un antídoto que lo libere de la bestia que lleva adentro y en la que se convierte cada vez que se enoja. Pero los militares, que sueñan con conseguir sus poderes, no le dejarán en paz, aunque lo único que necesite es estar con la única mujer que ha amado, Betty Ross. A su vuelta a la civilización, nuestro brillante doctor es perseguido ferozmente por The Abomination una bestia en la que se convierte el militar que quería atraparlo y cuyos poderes son iguales a los de Hulk. Una lucha despiadada se acerca a la vez que Banner deberá buscar el héroe que lleva dentro para salvar a Nueva York de la destrucción total. El 13 de Junio de 2008, este científico debe realizar una decisión final: aceptar una vida tranquila como Bruce Banner o convertirse en la criatura para siempre: el increíble Hulk.

Terminator 3 - Trailer Español

Matrix (Trailer español)

viernes, 13 de septiembre de 2013

Grecia. Relieve




Grecia: características de su relieve.
En el continente europeo se encuentra el territorio griego. Dicho territorio tiene una parte continental y una parte insular.
La parte continental está formada por las penínsulas Balcánica y del Peloponeso.
Las innumerables islas que conforman la parte insular de Grecia se encuentran sobre el mar Mediterráneo, el Egeo, el Jónico y el mar de Creta.
El relieve griego es uno de los más complejos de Europa. Se trata de una región fragmentada, con una línea de costa muy sinuosa y miles de islas. Grecia tiene el mayor número de picos de montaña de Europa, aunque su altura es moderada, son muy pocos los picos que superan los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Aquí confluyen dos importantes cadenas montañosas de Europa, los Alpes Dináricos, al oeste, que se extienden hacia el Peloponeso y los montes Ródope, en el noreste, de la cual forma parte la cadena del Olimpo. Esta es la montaña más alta de Grecia  con 2917 m s n m.
El conjunto general de estas cadenas desciende de oeste a este, donde las estructuras se sumergen en el mar, no dejando emergidas más que los picos, que forman las innumerables islas. La cercanía a las fallas que separan las placas africana, euroasiática y arábiga hace que la región sea propensa a terremotos y volcanes.
El carácter recortado de la costa, es el responsable de los numerosos acantilados y de las islas que dan a Grecia un sello eminentemente marino. Se destacan los enormes acantilados de la isla de Tasos.

Los principales golfos en Grecia son: el golfo de Salónica, el golfo de Corinto, y el golfo de Eubea.
Las principales islas y archipiélagos son: las islas Jónicas, la isla de Creta, los archipiélagos del Dodecaneso y las Cícladas.
Entre las penínsulas destaca, sobre todas, la península del Peloponeso.










lunes, 9 de septiembre de 2013

Antigua Grecia. Guerras médicas.

Las Guerras Médicas

Así se llamaron las luchas llevadas a cabo entre los Griegos y los Persas en el siglo V antes de Cristo.
Las colonias griegas del Asia Menor (actual Turquía) habían sido conquistadas por los Persas. Estas colonias, encabezadas por Mileto, y apoyadas por Atenas, se sublevaron y tomaron algunas ciudades en 498 a C. Los Persas, en 494 a C. reconquistaron los territorios, sitiaron y saquearon la ciudad de Mileto.
Estas fueron las principales causas de la rivalidad entre persas y griegos que desembocaron en las Guerras Médicas. Los griegos llamaban Medos a los persas, de ahí el nombre de guerras médicas.


Primera Guerra Médica: Del 493 al 490 a.c.
Rey Darío
El ejército persa partió con la finalidad de invadir Grecia.
Mientras organizaban la invasión, el rey Darío pidió la rendición incondicional a Esparta y Atenas, y al ser rechazada atacaron Grecia por mar. Gran cantidad de barcos transportaban las fuerzas del imperio. Los persas se apoderaron de varias islas antes de desembarcar cerca de Atenas.
Los atenienses, en inferioridad numérica,  se enfrentaron a los Persas en la llanura de Maratón y los vencieron en 490 a C. El estratega Milcíades, fue el verdadero artífice de esta victoria.
Impidieron que desembarcaran en Atenas y las naves persas se retiraron.
Según cuenta la leyenda, Milcíades envió un mensajero a recorrer los 42 kilómetros que separaban a Maratón de Atenas para anunciar la victoria griega. Al llegar y después de pronunciar la frase «¡Alegraos, atenienses, hemos vencido!», se derrumbó por el esfuerzo y murió.
Las bajas ascendieron a 6.000 persas y sólo 200 griegos.  Las tropas persas, derrotadas, regresaron al Asia, aunque no se había solucionado el conflicto entre persas y griegos, y al tiempo estallaría una nueva guerra.


Segunda Guerra Médica: Del 480 al 479 antes de Cristo
Rey Jerjes
Muerto Darío, lo sucedió su hijo Jerjes, quien inició nuevamente el ataque a Grecia. Cruzando el mar Egeo invadió Macedonia. Y se organizaron para atacar Atenas.
Los soldados de infantería pesada de los persas eran llamados los Inmortales, eran la guardia personal del rey. Además contaban con caballería y arqueros.
Los griegos reunidos en Corinto, decidieron enfrentar a los invasores. El rey de Esparta, Leónidas, con 5000 hombres, se instaló en el desfiladero de las Termópilas para enfrentar allí a los persas, a los que rechazó en dura lucha después de dos días de batalla. Los persas en ese desfiladero no podían maniobrar con su caballería y quedaban anulados.
Si bien la batalla parecía haber terminado, Leónidas decidió permanecer en el sitio con 300 espartanos.
Un traidor llamado Efialtes indicó a los persas el camino a través del bosque para lograr emboscar a los griegos, atacándolos por la retaguardia. Al ser sorprendidos, Leónidas y los 300 espartanos lucharon heroicamente y resistieron hasta morir.
Jerjes cruzó las Termópilas y avanzó hacia Atenas, ciudad a la que saqueó e incendió. Sus habitantes habían logrado huir y refugiarse.
En 480 a C., cerca de Salamina, la flota griega, inferior en número, atacó a los persas, que -con mayor cantidad de naves- no pudieron maniobrar y allí sufrieron una terrible derrota.
Jerjes regresó a su tierra y dejó una parte del ejército al mando de Mardonio, quien fue vencido en Platea, en 479 a C. por el ejército griego.


Tercera Guerra Médica: Del 479 al 449 antes de Cristo
Rey Artajerjes
Después de la Segunda Guerra Médica, Atenas comenzó su reconstrucción. Las ciudades griegas integraron la Confederación de Delos con la finalidad de protegerse de futuros ataques y liberar a las colonias del Asia Menor. Cada una de las ciudades integrantes aportaba dinero, armas y soldados.
La Confederación resolvió continuar la guerra contra los persas, y encomendó el mando a Cimón, pero Esparta se retiró de la lucha.
Cimón expulsó a los persas de Tracia, se dirigió al Asia Menor, sublevó las colonias; venció y destruyó las fuerzas persas en 465 a C. La contienda continuó durante más de veinte años, hasta que Artajerjes firmó el Tratado del año 449 a C. donde reconocía la independencia de las colonias griegas del Asia Menor, y la soberanía griega sobre el Mar Egeo.







Zonas Polares


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Antigua Grecia. Oscura. Arcaica


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domingo, 1 de septiembre de 2013

Haikus, poesía vanguardista y caligramas.

Haikus

Escucha a un niño 
Y resguarda sus sueños
 
Como a ti mismo

Cuarto creciente 
Dibújame en los labios 
Rumor de placer

 

 

Rumor de enero 
Entre robles nevados 
Creciente vida

 

 

Viento de marzo 
Sostiene el relámpago 
Por si se cae

 

 

Vanguardistas

EL ESPEJO DE AGUA

Mi espejo, corriente por las noches,
Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto. 

Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.

Es un estanque verde en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.

Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis ensueños se alejan como barcos.

De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo

Vicente Huidobro


Todo el paraíso no está perdido

Los gallos de roca pasan dentro del cristal
Defienden el rocío a golpes de cresta
Entonces la divisa encantadora del relámpago
Desciende sobre la bandera de las ruinas
La arena no es más que un reloj fosforescente
Que da la medianoche
Por los brazos de una mujer olvidada
Sin refugio girando por el campo
Erguida en las aproximaciones y en los retrocesos celestes
Es aquí
Las sienes azules y duras de la quinta se bañan en la noche
     que calca mis imágenes
Cabelleras cabelleras
El mal adquiere fuerzas muy cerca
Solamente se valdrá de nosotros.

André Breton